lunes, 8 de diciembre de 2008

Noches blancas

"Quizá fuera un rayo de sol que, tras surgir de detrás de una nube preñada de lluvia,
volvió a ocultarse de repente y lo oscureció todo a mis ojos. O quizá la perspectiva entera de mi futuro se dibujó ante mí tan sombría, tan melancólica, que me vi como soy efectivamente ahora, quince años después, como un hombre envejecido, que sigue
viviendo en este mismo cuarto, tan solo como antes, con la misma Matryona, que no se
ha despabilado nada en todos estos años.

¿Pero suponer que escribo esto para recordar mi agravio, Nastenka? ¿Para empañar tu

felicidad clara y serena? ¿Para provocar con mis amargas quejas la angustia en tu
corazón, para envenenarlo con secretos remordimientos y hacerlo latir con pena en el
momento de tu felicidad? ¿Para estrujar una sola de esas tiernas flores con que adornaste tus negros rizos cuando te acercaste con él al altar ... ? ¡Ah, nunca, nunca! ¡Que brille tu cielo, que sea clara y serena tu sonrisa, que Dios te bendiga por el minuto de bienaventuranza y felicidad que diste a otro corazón solitario y agradecido!

¡Dios mío! ¡Sólo un momento de bienaventuranza! Pero, ¿acaso eso es poco para toda

una vida humana?"

(Noches blancas,
Fedor Dostoiewski)

1 comentario:

Anónimo dijo...

u___u ese relato dejo algo en ti parece,en mi igual.pobre hombre que apesar de todo sigue viviendo con el recuerdo de ella la muchacha con el nombre enredado!
u_____u

que triste cierto :/ vivir solo con el buen recuerdo. Que se compre una vida mejor! xD