jueves, 11 de octubre de 2012

Pueden decir muchas cosas, pueden exigir tantas otras. Pueden presionarte socialmente y llegar a convencerte, por momentos, de cosas que nunca pensaste que podrías creer.


Díganme lo que quieran, que tengo que esforzarme para tener un cartón y tener una buena pega poder tener todas las cosas que quiera comprarme.

Pueden decir tanta, tanta mierda... pueden hacer que dude por segundos, pero nadie jamás me va a quitar la idea, la más esencial verdad:

QUE NO HAY NADA, NADA MÁS IMPORTANTE QUE LA FELICIDAD... COMO ÚNICO FIN Y MEDIO EN LA VIDA.


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