Pueden decir muchas cosas, pueden exigir tantas otras. Pueden presionarte socialmente y llegar a convencerte, por momentos, de cosas que nunca pensaste que podrías creer.
Díganme lo que quieran, que tengo que esforzarme para tener un cartón y tener una buena pega poder tener todas las cosas que quiera comprarme.
Pueden decir tanta, tanta mierda... pueden hacer que dude por segundos, pero nadie jamás me va a quitar la idea, la más esencial verdad:
QUE NO HAY NADA, NADA MÁS IMPORTANTE QUE LA FELICIDAD... COMO ÚNICO FIN Y MEDIO EN LA VIDA.
jueves, 11 de octubre de 2012
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