martes, 8 de mayo de 2012

La felicidad trae suerte

Fue casi un sueño

Como un día normal se transforma en algo más, mirar de reojo para encontrarlo de sorpresa, reencontrarlo. Los segundos que me costaron creer que era usted.
Sentir el corazón en la garganta, como si quisiera salir de mí, y sentir como todo mi cuerpo tiembla, como me quedo sin palabras. Quería gritar, quería llorar y todo el viaje a mi casa planteándome si de verdad había pasado.

(Justo que ayer pensaba que había perdido la capacidad de sentir algo tan fuerte)

Siempre supe que lo volvería a encontrar en algún lugar, y ahí lo vi, a usted, luego de dos años sin dejar de pensarlo. 
No sé si me toparé con usted otra vez, pero ver su rostro y su sonrisa, escuchar su voz, sentir su olor, tocar sus manos y saber que está excelente me tendrá con una sonrisa permanente por un largo tiempo.


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